El mar baña de espuma la arena
mientras la noche esconde entre sus silencios
aquella silueta hecha de sombras, mudas de luz.
Mis piés descalzos se humedecen en la arena
sosegando mis recuerdos; mientras la luna,
ilumina los lamentos de las olas hasta el infinito.
Y tú estás aquí, dentro mío, ocupándolo todo.
Y tú estás allí, en el infinito, moviéndolo todo,
humedeciendo mis piés…
5 comentarios:
Hola Eduardo!
Los pies siempre dejan huellas imborrables.
Me encantó el fluir de tus sentimientos.
Un abrazo
Liliana
Gracias Lili, no sabes cuánto agradezco tu visita, un abrazo.
Amandote a plenitud, mi alma te agradece muy amorosamente
Gracias por comentar, abrazos...
Hermoso poema, la pluma plasma los sentimientos del alma es cierto! Sigue sigue escribiendo que tu talento sera disfrutado por muchos
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