Sumido en la vorágine del día, espero con paciencia
que en algún minuto tu voz detenga el tiempo.
Necesito de ti para respirar; me ahoga sólo la idea
de tu ausencia.
La luna me acerca a ti, cierro los ojos y me dejo llevar;
aunque cuanto más cerca te siento, más lejos estás,
vestida de sueños y tango.
Y el viento sopla, llevándose las hojas del triste invierno;
dejando al descubierto las huellas de tus pasos alejándote,
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