domingo, 21 de junio de 2009
A mi princesa
Camino en silencio;
taciturno y embriagado de recuerdos
recorro por enésima vez las mismas calles,
buscando en sus noches
alguna estrella que brille como tú.
Me envuelve una suave bruma,
sumerge mi ser en su turbidez
dejándome respirar su aire de siglos;
y entre bocanadas intento recordar
el aroma de tu tiempo junto al mío.
No hay ausencias ni olvidos,
no hay recuerdos que duelan;
todo parece estar
exactamente en su lugar;
y solo falta encajar
en el puzzle de mi vida
la pieza de la alegría.
Faltas tú, princesa mía…
Carta a un amigo
Hago propios estos versos y se los dedico a mis mejores amig@s
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quién eres y quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días pensé en mis amigos y amigas, entre ellos apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo, ni en el medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el numero uno ni el final.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero,
el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Gracias por serlo.
Jorge Luis Borges.
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quién eres y quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días pensé en mis amigos y amigas, entre ellos apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo, ni en el medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el numero uno ni el final.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero,
el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Gracias por serlo.
Jorge Luis Borges.
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