El tiempo rompe en luz, mil cristales de colores iluminan los sonidos del silencio; y donde antes nada había, Ahora el todo expande.
Crecemos acompañados por el eco de ese silencio de vida, inmersos en un punto infinito de su majestuosa belleza.
Y, como él, expandimos nuestro propio universo, repartiendo nuestra vida en los incansables minutos que el tiempo nos regala.
Bebemos de su historia en la copa de la vida; disfrutamos observando su paz vestida de cielo, y su amor vertido en luceros, que encandilan nuestras almas y sepultan nuestros miedos.
Y cada noche, en el equinoccio de los tiempos, yace descansando en mis ojos mientras construye mi alma con los colores de la vida.
4 comentarios:
Cuanta espiritualidad en tus palabras Eduardo.
Qué exquisitez de versos.
Qué dulce mirar en tu armonía.
Tecla, me encanta como cobijas mis letras, eres un encanto; un abrazo...
AMAR es un todo, Eduardo
un abrazo fuerte
Liliana
Liliana, que gusto saber de tí, yo estoy un poco descolgado; espero volver pronto.
Un abrazo de oso de tu amigo....
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