El control es necesario, pero esta vez elijo dejarme llevar.
Elijo ignorar los miedos a ignorar los sentimientos;
ser yo mismo y no un dibujo borroso del pasado.
Elijo equivocarme, si así fuese, pero contigo y sin culpa.
Elijo mis maletas, las justas, pero repletas de ilusión
Elijo la posibilidad de una vida contigo a la certeza de una vida sin tí.
Elijo un futuro incierto, pero el más acertado en mi vida….
No te asustes amor, solo soy yo, sin complejos.
Cálidas noches de deseo
con tu perfume aún sostenido por la brisa,
fustigando recuerdos de ese ayer
que se hace presente y me abraza,
como si aún estuvieras aquí.
Y ésta brisa que no cesa
acercándote más a mí;
esperando cerrar una historia, que
como una melodía inacabada en el tiempo,
necesita la nota final.
Cuando los recuerdos den paso al presente,
cuando la brisa desparezca,
cuando los abrazos nos enseñen el camino
te darás cuenta que la nota final
siempre has sido tú.
Y comenzamos a andar
mientras la vida teje sus historias
casi sin preocuparse de la nuestra.
Una más entre miles
pero única entre tú y yo.
Y el tiempo no se detiene
salvo cuando me miras enamorada.
Y el sol parece triste
cuando tu sonrisa le gana la batalla.
Y la luna, tímida, se esconde
ante nuestras almas desnudas,
Sabiéndose incapaz de brillar más.
Vamos tejiendo el camino
cambiando sueños por realidades,
pintando amaneceres de oro y plata
sobre el manto calmo del mediterráneo.
Vamos construyendo una historia que la vida,
tarde o temprano, contará en sus memorias.
Nada oscurece cuando dos almas brillan.
Nada.
